Buenas prácticas sobre planes de autoprotección en obras de construcción

1373135009_2Actualmente no hay ninguna norma que obligue a realizar Planes de Autoprotección en obras de construcción pero sí es cierto que la complejidad de las mismas, disponer de varios contratistas y los constantes cambios que se dan en las diferentes fases de ejecución, hace más que evidente la necesidad de disponer  de algún documento “vivo” que contemple las medidas de emergencia de la obra. Dicho documento dependerá del tipo de obra a realizar, ya que no es lo mismo realizar una reforma integral de un local comercial que realizar un bloque de 40 viviendas, carreteras, túneles, presas…

Por ello, según mi criterio y el del equipo técnico de Grupo Ergos se deberían realizar unas medidas de emergencias adecuándolas a cada fase de construcción en las obras más sencillas, a parte del estudio de seguridad y salud o del estudio básico. Asimismo, en las obras de mayor tamaño y complicación, se debería disponer de un plan de autoprotección adecuado a cada fase de  la obra y revisado conforme se realicen los trabajos. Todo y que el RD 393/2007 no obliga a ello, conseguimos una mayor seguridad siendo más restrictivos, lo cual merece la pena.

Hoy en día son pocos los promotores que se preocupan por las medidas de emergencia a adoptar en sus obras, llegando al error de pensar que con lo establecido en los estudios de seguridad y salud o en los estudios básicos de seguridad y salud, hay más que suficiente. De hecho, algunos promotores ya han sufrido las sanciones por parte de la Inspección de trabajo por no disponer de medios de emergencia adecuados a la obra que se estaba realizando, hecho que refuerza nuestra apuesta por realizar Planes de Autoprotección en las obras de mayor complejidad.

Si algo es cierto, es que no es tarea fácil realizar un plan de autoprotección para una obra de construcción debido a que son muchos los aspectos a tener en cuenta, no es tan simple como analizar un edificio existente. Se debe estudiar el proyecto, analizar el personal que habrá a lo largo de la obra y definir las diferentes fases de construcción. Así se podrán definir unos criterios claros de trabajo en cada una de las fases de la realización de la obra. Hay que tener presente que los equipos de intervención irán cambiando según en la fase que nos encontremos y que una obra de construcción de viviendas dura una media de dos años y medio. Evidentemente cuanto mayor sea la complejidad más importancia tendrá el factor tiempo, como en el caso de construcción de túneles, presas…

Por todo lo citado es muy importante tener un procedimiento claro de trabajo, para que no se nos olvide ninguno de los aspectos que debemos tener en cuenta. Yo, personalmente, siempre empleo el mismo método, el cual consiste en cuatro requisitos iniciales indispensables que luego nos facilitarán la realización del plan de autoprotección.

  1. Clasificación de la obra por su magnitud
  2. Identificar las diferentes fases de la obra
  3. Estudio del proyecto de ejecución de la obra
  4. Identificación de los riesgos a contemplar en un plan de autoprotección en las diferentes fases de obra

Una vez hemos resuelto estos cuatro puntos llega el momento de comenzar a redactar un plan de autoprotección, fruto del estudio de un proyecto que se va a ejecutar.

Para la realización del plan de autoprotección utilizaremos como base el RD 393/2007, el documento contra incendios del Código Técnico de la Edificación y la normativa referente a prevención contra incendios y a planes de autoprotección en vigor de la comunidad a la que pertenezca la obra.

Resumiendo todo lo mencionado hasta el momento, yo destacaría tres puntos muy importantes a tener en cuenta en la realización de un plan de autoprotección para obras de construcción:

  • Realizar un adecuado estudio del proyecto de ejecución y realizar una clara identificación de las fases que diferenciamos en la obra.
  1. Realizar el plan de autoprotección teniendo en todo momento presente las particularidades de la obra y reflejar en todos los capítulos que lo requiera las diferentes fases de la obra, recordando que cada fase de una obra para nosotros representara un edificio nuevo.
  2. Realizar una adecuada implantación y mantenimiento del mismo, formando a todo el personal de las diferentes fases de la obra y realizando visitas periódicas para poder ir efectuando las modificaciones que resulten pertinentes

 Para finalizar, simplemente recordad que cada obra es diferente y requiere de su plan de autoprotección personalizado.

Grupo Ergos Autor:

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