A propósito del Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, nos invita la dirección de Prevention World a aportar una reflexión al respecto.
Por supuesto que, aun agradeciendo la gentileza editorial, no puedo por menos que iniciar este relato mostrándome un tanto escéptico respecto al impacto transformador que este tipo de eventos suponen en la conciencia y en la cultura de un determinado país. No obstante, y aunque solo sea en términos de oportunidad, aprovechar el momento y difundir con honestidad un mensaje propositivo nunca está de más.
En la celebración de este año, se presenta un lema que quiere impulsar la mejor utilización de los datos recogidos sobre salud y seguridad con el fin de tomar decisiones y acciones posteriores en el mejor sentido. Ello, deberá ser parte fundamental en la búsqueda y consecución de los objetivos contenidos en la Agenda de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible.
Entre los objetivos de la Agenda, concretamente el objetivo número 8, convoca mi atención el término empleado de: “Trabajo Decente”.
Pero, ¿qué es un trabajo decente?
Cuando Avishaí Margalit describe en su libro “La sociedad decente”, las características que debería tener, esa sociedad, en contraposición a lo que él expresa como sociedad justa, nos da la clave para responder a la pregunta:
“Sociedad decente es aquella en la que sus Instituciones no humillan a sus ciudadanos”
No puedo evitar decir que me gusta Margalit cuando asocia decencia con dignidad. Si la indecencia promueve humillación, la decencia provoca dignidad. Ese es el sentido profundo del término y esa debería ser la característica fundamental en el trabajo del ser humano. También, por supuesto, el motivo último del Dia Mundial de la Salud y la Seguridad.
Seguramente Juan Somavía, antiguo director gerente de la OIT, pensaba en algo similar cuando, sin ningún tipo de matiz, exponía. “Un trabajo decente es un trabajo seguro”.
Ojalá los deseos del próximo 28 de abril tengan impacto y trascendencia. El mensaje, ya viene de antiguo:
“Cuando construyas una casa pondrás baranda alrededor del techo. De esta manera no se derramará sangre en tu casa y tu no serás culpado si alguien cayera”
Deuteronomio 22, vers 8